viernes, 4 de diciembre de 2009

The little idiot and dog.

No puedo estar tan negativa. Lo tengo que superar. Es cierto que la gente que realmente vale la pena es muy poca y la lástima es que hay muchos que nunca llegaremos a conocer.

No soy mitómana en absoluto, pero hay personas que no puedes evitar que te den buen feeling. Hoy me toca hacer mi pequeño homenaje a un personaje que siendo feúcho es lo más y eso es genial, porque su atractivo puede crecer con los años. Me encanta todo lo que hace y, por lo que he leído sobre él y por alguna entrevista, suelo coincidir con sus puntos de vista. Parece abierto, independiente, privado y tolerante. Y lo mejor, increíblemente original.

Aquí va un link al vídeo de uno de sus últimos trabajos. Bonita historia de amor, porque no es otra cosa que esto, pero desde un prisma diferente. La música es suya, así como la creación de los personajes. Me gusta todo, pero no os perdáis la luz de la lámpara. Simplemente precioso.

http://www.youtube.com/watch?v=LI-jUL07pXw

martes, 17 de noviembre de 2009

...Y cuando el rostro volvió.

De pequeña, mi madre me contaba a menudo una fábula sobre un sabio que vivía miserablemente. El hombre vivía en tal situación, que solo podía comer hierbas del campo. Un día se giró y vió cómo había quien vivía recogiendo las hierbas que él tiraba.

Hay rachas en la vida en que uno se siente pobre de espíritu, que es la peor clase de pobreza que se puede tener. Nos damos cuenta de que no dedicamos el tiempo suficiente a lo que queremos hacer, sino que perdemos el tiempo en lo que debemos hacer. Por "debemos hacer" me refiero a trabajar para pagar facturas, a compromisos sociales y laborales que no nos satisfacen, al tiempo invertido en perseguir estereotipos imposibles. No vivimos como creemos. Nuestras obligaciones, a menudo autoimpuestas, nos apartan de lo que de verdad querríamos ser y nos sentimos pobres, muy pobres.

Pero hoy he vuelto el rostro y he visto quién es aún más pobre que yo. En una fotografía de una revista, una conocida joven de la alta sociedad, casada con un torero, inauguraba uno de esos rancios rastrillos de beneficencia. Eso es peor. Vender en un rastrillo lo que les sobra a las pititas y estar casada con un tipo que saca un buen beneficio de hacer espectáculo con el sufrimiento de un ser vivo. No se me ocurre una peor forma de vida ni una miseria del alma más profunda.

La fábula del sabio concluye:

"y cuando el rostro volvió
halló la respuesta viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó".

La lástima es que los que vivían de hierbajos eran sabios. En este caso, los más pobres de espíritu son los más ricos de bolsillo. Consuela pensar que su alma se alimenta de las sobras de otros, con menos dinero pero más vergüenza.

lunes, 10 de agosto de 2009

La teoría del espacio

El mundo de las relaciones humanas es un terreno escabroso. Si bien es cierto que no se puede poner en una balanza lo que las partes entregan a esa relación para valorar si es equitativo, todos en algún momento hemos temido estar metidos en una relación sea del signo que sea, en la que nos parece ser la parte perdedora.

En cualquier tipo de relación lo bonito es dar, más que recibir. Pero si una parte da mucho más que la otra, rara es la vez que esa relación sobrevive de manera saludable. Una relación de pareja o de amistad es como formar un equipo, es necesario que todos pongan lo mejor de su parte y tengan un fin común. No significa esto que los componentes tengan que aportar lo mismo, o ser idénticos en inteligencia, belleza, cultura o tener idénticas aficiones, sino que tengan algo que aportar y quieran aportarlo. Esto es difícil de evaluar, por no decir que es imposible medir quién pone qué.

La teoría del espacio es una forma bastante fiable de saber si una relación es equitativa o no lo es.

A muchos nos ha pasado que recordamos con inmenso cariño a un amigo de la infancia o de la adolescencia, pero volvemos a encontrar a esa persona y nos quedamos desagradablemente sorprendidos cuando vemos que apenas nos recuerda. En mi teoría, el espacio que esa persona ocupa en nuestra vida es mucho, pero el que nosotros ocupamos en la suya es poco. Por lo tanto, esa amistad nunca fue del todo real.

El espacio que una persona ocupa en nuestra vida se traduce en el tiempo que pensamos en ella, en lo que haríamos por esa persona, en lo que pesa en nuestras decisiones. A veces eso es difícil de saber, pero muy a menudo te encuentras detalles que te indican como alguien, sin decir una palabra, te valora y te demuestra qué gran espacio te dedica. Hay casos en que nunca sabrás la gran decepción que es para alguien que no le prestes atención, pero casi siempre el tiempo hace cuadrar los espacios equivalentes.

Esto enlaza con mi otra teoría de "dentro de cien años nadie se acordará". Por eso, si alguien ocupa espacio en mi vida se lo intentaré hacer saber aunque me cueste, porque que se entere dentro de cien años quizá ya no me valga de mucho.

lunes, 6 de julio de 2009

Qui êtes-vous, Polly Maggoo?

En el Metropolitan de Nueva York he visto hace poco una exposición sobre modelos y fotógrafos. Aunque el tema parece ameno, resultaba bastante aburrida porque, como decía el del anuncio de queso, de tanto que nos lo meten a calzador "lo tengo aborrecío". Además, el mundo de las fotinis siempre me ha dado un poco de mal rollo, no me preguntes por qué. No se como se las apañan, pero mucho National Geographic y todos acaban haciendo fotos de culos. Lo único llamativo de la exposición era una sala donde tenían parte del vestuario de una peli de los 60 que se llama "Qui êtes-vous, Polly Maggoo?", en la época en que Paco Rabanne sacó aquellos trajes de metal que le hicieron tan famoso. Es una sátira de aquel momento.

Cuando empecé a trabajar a temprana edad (tonta yo, no sé por qué no hice año sabático, máster o lo que sea para marear la perdiz un poco más), me coloqué en una agencia de publicidad americana donde trabajaba una creativa que, a decir verdad, desprendía una cara dura de impresión. Decía que para saber si una campaña era buena o mala, pasaba de tests de mercado, dinámicas de grupo y otros métodos, ya que lo que mejor funcionaba era el "madre-test". Le contaba la idea a su madre, y si lo pillaba y le gustaba, sabía que tendría éxito con la mayoría de la gente.

Mi madre tiene una habilidad parecida, pues a todo le cambia el nombre para llamarle algo que le suena mejor o le sale más fácil. Además, en un momento, tira por tierra cualquier estrategia comercial que hayan ideado para que algo sea lo más poniéndole, sin darse cuenta, un nombre ridículo ya que, además, es negada para los idiomas. Lo último es que al fotoshop le llama el fotoshock. Y es que me parece que el nombre inventado es mejor que el original, ya que siempre he pensado que los que se dedican a "fotoshopear" las fotos de las revistas deben ser la reencarnación moderna de los que maquillan los cadáveres en la funeraria. Mi madre ha clavado el shock que se llevan tanto los que han visto el original como los que tenemos que vivir con el imposible de las fotos retocadas.

Como le decía yo a un amigo que le va la historia esta de las fotos, en las únicas que me gusto es en las que no parezco yo. Será para que mi madre se pregunte "Qui êtes-vous, Polly Maggoo?".

jueves, 4 de junio de 2009

The greatest thing you´ll ever learn is just to love and be loved in return.

Demasiado a menudo siento vergüenza del género humano y me pregunto si algún día será posible que no sea necesario que existan declaraciones universales de los derechos humanos, del niño o del animal. Me pregunto si alguna vez existirá una generación cuya educación haya sido la correcta y suficiente para actuar de manera digna. Es una utopía, lo sé. El mundo no es así. Pero sí es cierto que cada vez somos más los que pensamos que una sociedad que protege a los niños y a los animales es una sociedad sana. Tal vez un día sean mayoría aplastante los que piensan así y su ética sea más fuerte que los beneficios que generan ciertas industrias basadas en el abuso del que no se puede defender, como son los niños y los animales.

La declaración universal de los derechos del animal es en sí un texto bellísimo. Si todos sus puntos se observasen, significaría que la calidad del género humano, o como muchos se autodenominan, los animales-humanos, habría alcanzado su verdadera dignidad. La naturaleza ha querido que los humanos desarrollemos una inteligencia superior. Este privilegio nos obliga a poner nuestra inteligencia al servicio de los que no la tienen y dependen de nosotros. Utilizarla en nuestro beneficio y en detrimento de los demás nos convierte en basura. Y ya hay demasiada basura.

Serán muy pocos los que de nosotros lleguen a ser grandes científicos o personajes extraordinarios que cambien el rumbo de la historia. Pero está en la mano de todos que nuestro entorno sea mejor y que los que nos rodean sean más felices. Si nos paramos a pensarlo, todos tenemos la posibilidad de hacer algo grande. Tan grande como que el género humano deje de dar vergüenza.

martes, 28 de abril de 2009

The Serenity Prayer

Líbranos, Señor, de las chonis de lujo casadas con un niño pijo de cuarenta años y cien kilos o con un carnicero de MercaParís.

Y dicho esto, me presigno en nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y sigo a mis cosas, que me parece que es lo mejor. Aparte de lo único que puedo hacer.

viernes, 27 de febrero de 2009

Para tí.

Mirar atrás no me gusta. Solo lo hago cuando necesito de algún modo recordar lo aprendido que, afortunadamente, ya es mucho. Los fantasmas del pasado, en el pasado se deben quedar.
Esta noche he soñado con mi primera juventud. Debe ser porque lo último que ví antes de acostarme fue el anuncio de Coca-cola del hombre de ciento dos años que justo aconseja lo que yo predico, no mirar atrás y tirar para adelante si quieres ser feliz. Lo más importante es pensar que dentro de cien años, a no ser que vivamos más de ciento dos como este señor, nadie se acordará de los detalles de nuestra vida. Y si vivimos todo ese tiempo, muchos de los que podrían acordarse ya no estarán o tendrán tan mala memoria que ni les preguntes. Por eso, cuando estoy a punto de dejar de hacer algo por vergüenza, me digo a mi misma "dentro de cien años nadie se acordará del ridículo que hice tal día". Probadlo, casi siempre funciona.

No suelo mirar atrás, pero he soñado con mi primera juventud, con las tardes de risa floja, las malas notas y a las diez en casa. Ahora pienso que lo podría haber hecho mejor, pero en el momento hice lo que pude. Y me he despertado tarareando en sueños una de mis canciones favoritas que, como es de los tiempos en que estaba enganchada a la radio todo el día, aprovecho la ocasión y os la dedico, como en los programas de radiofórmula. Cuando se escribió yo aún no tenía quince años, pero no me faltaba demasiado. Siempre me emociona y es la quintaesencia de los que siempre seremos quinceañeros de corazón.

Para vosotros. Para tí.

http://www.youtube.com/watch?v=rWYDamfpzl8

martes, 17 de febrero de 2009

If you let yourself love a wild thing, you’ll end up looking at the sky.

En Desayuno en Tiffany´s, esa obra que todos conocen en el cine y pocos en su dura versión real, el protagonista dice "Nunca ames a una criatura salvaje. Acabarás mirando al cielo". Y así estoy. Preguntándome aún por qué, en menos de un mes, Truman me ha dejado mirando al cielo. Salvaje era y mucho, pero por eso nos entendíamos.

Una vez tuve que ir a uno de esos cursos de liderazgo, en los que un psicólogo especialista en la materia se supone que te ayuda a pensar de manera que te adelantes a los demás y lideres los acontecimientos. A cualquier idea que alguien del grupo aportase, siempre hacía razonar: por qué y para qué.

No sé por qué Truman se ha ido tan pronto, aparte de por las razones físicas evidentes de que una enfermedad felina se lo llevó, pero aún no sé por qué. Pero si sé para qué.

Para que su amiga, que es dura de mollera, entienda que a veces el círculo de la vida se cierra antes de lo esperado. Que no se elige a quien se ama, sino que se ama aunque duela. Aunque a quien se quiera sea una criatura salvaje y te deje mirando al cielo, no lo podrás evitar. Que es necesario tener experiencias para conocer tus propios límites y que, aunque te creas fuerte y listo, todos tenemos un punto débil y un soplo nos puede derrumbar en el momento menos esperado. Que cuando estás abajo del todo, siempre hay una mano que tira de tí.

Tigrecillo, aún no me hago a la idea, pero tu existencia y tu ausencia me han enseñado mucho. Siempre te llevaré conmigo.

Some of us fall by the wayside
And some of us soar to the stars
And some of us sail through our troubles
And some have to live with the scars
In the Circle of Life
It's the wheel of fortune
It's the leap of faith
It's the band of hope
Till we find our place
On the path unwinding
In the Circle of Life
(Circle of Life. Elton John/Tim Rice)

viernes, 2 de enero de 2009

Wouldn´t it be good to be in your shoes, even if it was for just one day.

El jardín del vecino siempre parece más verde que el nuestro y nadie es profeta en su tierra, estas son dos grandes verdades. Todos hemos tenido o tenemos la impresión de que viviríamos mejor en otro sitio. O recordamos con nostalgia aquél lugar donde, en aquél momento, fuimos completamente felices.

Mi trabajo no tiene nada de especial, pero sí que me aporta algo que me ha hecho crecer mucho y tener otra perspectiva. Conozco personas de todo el mundo y mantengo correspondencia diraria con casi todos ellos. Desde Francia, hasta Australia, pasando por Djibouti. Anualmente nos reunimos en una conferencia internacional en la que, aparte de perder todas las energías acumuladas durante el año, me reuno con todos los que puedo y estrechamos lazos profesionales. Se habla de trabajo, pero, sobre todo, se hace charla sobre la vida. Te das cuenta de que, a pesar de las muchas diferencias culturales, todos en el fondo buscamos lo mismo. Que nos quieran. Y pensamos que en otro sitio nos sentiríamos más comprendidos y que las leyes de otros países son más justas, los negocios más prósperos y la vida social más activa. Es curioso ver como personas de esos países de ensueño, esos para los que todos tendríamos la maleta preparada para irnos, nos cuentan lo mucho que pagan de impuestos y lo monótona que es su vida, pensando que esto solo les pasa a ellos.

También he viajado lo suficiente para ver cómo se vive en otros sitios, como es la gente, como son sus casas, sus tiendas, sus calles y su vida. Y me doy cuenta de que, en esencia, todo se parece mucho.

España es el destino soñado de muchos, pero los que somos de aquí conocemos bien sus carencias. Quizá es que estoy madurando, pero ahora más que nunca creo que sufrimos la gran resaca de tantos años de dictadura y aislamiento. Toda la transición que hemos vivido hasta ahora ha sido solo un ensayo para que viéramos con nuestros propios ojos hasta que (poco) punto se puede vivir de la pandereta, el flamenco, los toros y todos los opios del pueblo que se fumaron durante tantos años. Los pulmones de un fumador siempre serán negros aunque deje de fumar y, como dicen los ingleses, bad habits die hard. Necesitaremos más tiempo de democracia para darnos cuenta de que no puede ser presidente cualquiera y que, si bien El Lazarillo de Tormes es una joya literaria, con la picaresca no se mantiene un país. Necesitaremos más generaciones con acceso a la cultura y que sepan valorarla. Pero esto lo sabemos los que lo vemos desde dentro. Los que lo ven desde fuera piensan que aquí hace buen tiempo, hay muchos bares y las tiendas cierran muy tarde. Un paraíso.

Y es que se puede ser feliz en cualquier parte, porque la capacidad de vivir feliz la llevas contigo, no está en ningún sitio concreto. Si vas buscando llenar huecos a base de arrastrar maletas, puede que aciertes, pero también puede que te equivoques y que tus vacíos sigan ahí.

Nadie es más feliz que el que vive a gusto en su propia piel.