viernes, 27 de febrero de 2009

Para tí.

Mirar atrás no me gusta. Solo lo hago cuando necesito de algún modo recordar lo aprendido que, afortunadamente, ya es mucho. Los fantasmas del pasado, en el pasado se deben quedar.
Esta noche he soñado con mi primera juventud. Debe ser porque lo último que ví antes de acostarme fue el anuncio de Coca-cola del hombre de ciento dos años que justo aconseja lo que yo predico, no mirar atrás y tirar para adelante si quieres ser feliz. Lo más importante es pensar que dentro de cien años, a no ser que vivamos más de ciento dos como este señor, nadie se acordará de los detalles de nuestra vida. Y si vivimos todo ese tiempo, muchos de los que podrían acordarse ya no estarán o tendrán tan mala memoria que ni les preguntes. Por eso, cuando estoy a punto de dejar de hacer algo por vergüenza, me digo a mi misma "dentro de cien años nadie se acordará del ridículo que hice tal día". Probadlo, casi siempre funciona.

No suelo mirar atrás, pero he soñado con mi primera juventud, con las tardes de risa floja, las malas notas y a las diez en casa. Ahora pienso que lo podría haber hecho mejor, pero en el momento hice lo que pude. Y me he despertado tarareando en sueños una de mis canciones favoritas que, como es de los tiempos en que estaba enganchada a la radio todo el día, aprovecho la ocasión y os la dedico, como en los programas de radiofórmula. Cuando se escribió yo aún no tenía quince años, pero no me faltaba demasiado. Siempre me emociona y es la quintaesencia de los que siempre seremos quinceañeros de corazón.

Para vosotros. Para tí.

http://www.youtube.com/watch?v=rWYDamfpzl8

martes, 17 de febrero de 2009

If you let yourself love a wild thing, you’ll end up looking at the sky.

En Desayuno en Tiffany´s, esa obra que todos conocen en el cine y pocos en su dura versión real, el protagonista dice "Nunca ames a una criatura salvaje. Acabarás mirando al cielo". Y así estoy. Preguntándome aún por qué, en menos de un mes, Truman me ha dejado mirando al cielo. Salvaje era y mucho, pero por eso nos entendíamos.

Una vez tuve que ir a uno de esos cursos de liderazgo, en los que un psicólogo especialista en la materia se supone que te ayuda a pensar de manera que te adelantes a los demás y lideres los acontecimientos. A cualquier idea que alguien del grupo aportase, siempre hacía razonar: por qué y para qué.

No sé por qué Truman se ha ido tan pronto, aparte de por las razones físicas evidentes de que una enfermedad felina se lo llevó, pero aún no sé por qué. Pero si sé para qué.

Para que su amiga, que es dura de mollera, entienda que a veces el círculo de la vida se cierra antes de lo esperado. Que no se elige a quien se ama, sino que se ama aunque duela. Aunque a quien se quiera sea una criatura salvaje y te deje mirando al cielo, no lo podrás evitar. Que es necesario tener experiencias para conocer tus propios límites y que, aunque te creas fuerte y listo, todos tenemos un punto débil y un soplo nos puede derrumbar en el momento menos esperado. Que cuando estás abajo del todo, siempre hay una mano que tira de tí.

Tigrecillo, aún no me hago a la idea, pero tu existencia y tu ausencia me han enseñado mucho. Siempre te llevaré conmigo.

Some of us fall by the wayside
And some of us soar to the stars
And some of us sail through our troubles
And some have to live with the scars
In the Circle of Life
It's the wheel of fortune
It's the leap of faith
It's the band of hope
Till we find our place
On the path unwinding
In the Circle of Life
(Circle of Life. Elton John/Tim Rice)