viernes, 15 de enero de 2010

The Beauty and the Beast.

Creo que conozco a un par de personas que trabajan en Autocontrol. Como sabéis, es una organización que trata de combatir las malas artes publicitarias. Estoy a punto de llamar para denunciar un anuncio que es la quintaesencia del machismo elevada al cubo. Se trata de uno de Visionlab que protagoniza Pierce Brosnan, una pena, porque el señor es estupendo, pero debe andar escaso de fondos y ha accedido a hacer semejante aberración. Un tipo supuestamente feo que se pone unas gafas y se convierte en Pierce Brosnan, momento en el que todas las señoras de la óptica se ponen a suspirar. Se las quita y todas ponen cara de asco, incluso una hace ademán de vomitar. Así unas cuantas veces.

Os preguntaréis dónde está el machismo de la situación, cuando son ellas las que ridiculizan al supuesto feo. Pues ahí mismo, en la idea de "como hay asesinos, yo también mato", "como hay maltratadores, yo también maltrato". Es cierto que burlarse de la fea y ensalzar a la bella de turno es ya todo un clásico al que estamos más que acostumbrados. Véase la cantidad de series y películas que tratan del tema, hasta el día que la fea se quita el aparato, se peina, se quita las gafas, et voilà, entonces ya vale. Tan trasnochado como la mayoría de los temas de las pelis de Disney que me tragaba de peque. Y tan alejado de la realidad. Si el asunto resulta triste de por sí, por qué seguir el juego. Es una burda manera de dar por bueno lo que se intenta combatir a todo trance.

Me pregunto como se sentirá el actor que hace del feo en el anuncio. Supongo que se reirá del tema con el dinerito en el bolsillo, pero posiblemente en el fondo le duela un poquito. Sé que se trata de un chiste, pero a mí no me hace gracia.

Si yo fuese Pierce Brosnan, no se si me hubiese prestado a protagonizar tal muestra del humor zafio. Aunque sea por aquello de "no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tí".

Voy a ver si averiguo si mis contactos siguen en Autocontrol.