viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Qué es "inspiring"?

Me encanta ese adjetivo: inspiring, o en castellano, inspirador. No suena tan bien, pero más o menos es eso.

Alguien o algo inspiring no es una "it-girl" ni un objeto de culto. Es inspiring cualquier persona, animal o cosa que te gusta tener cerca porque te transmite algo positivo, algo que te hace confiar, que es como aire fresco.

Me parece inspiring alguien que no funciona por clichés, que se viste a la moda pero no del todo, que sin ser especialmente bello se te van los ojos. Alguien que si puede te dice algo bonito, que a pesar de tener prisa saca un rato para escuchar. Es inspiring la empatía, conservar la calma. Son inspiring los perros cuando van de paseo con ese trotecillo tan gracioso. Geraldine Chaplin me parece inspiring, porque es mayor pero nunca vieja. Es inspiring quien vive de un trabajo que sabe hacer bien, el que sea. Alguien que te valora es muy inspiring, porque te anima a superarte. El arte transgresor es inspiring. Las ciudades multirraciales. Las primeras aviadoras, las pioneras.

No me parece inspiring la ambición mal entendida, disfrazarse en vez de vestirse, pretender que se sabe todo, intentar ser el centro, aprovecharse de los demás, mirar atrás, lamentarse constantemente. No son inspiring las joyas, ni los que conducen 4x4 para ir solo en el coche y por ciudad. La gente dependiente es cero inspiring y la que piensa que parecer es lo mismo que ser tampoco es nada inspiring.

Eres muy inspiring para mí si estás leyendo esto. Gracias :)

sábado, 8 de octubre de 2011

Dentro de 100 años nadie se acordará de...

Es un truco que utilizo para esquivar mi miedo al ridículo.

Pienso en lo inmenso que es el universo y en lo insignificante que soy. También pienso en la cantidad de personas que viven en China y que nunca sabremos ni que existen.

Pienso en lo poco que importa si ese día que tuve que hablar en público lo hice mal. O si se me ocurrió demostrar mis sentimientos y fui rechazada. O tantas otras pequeñas cosas que me han salido mal y que a nadie ha importado más que a mí.

Cuando tiendo a no hacer algo por miedo a resbalar, me digo a mi misma: "dentro de 100 años nadie se acordará de que he existido". Si nadie se acordará de que he existido, menos se acordarán de que tal día hice el ridículo, o de que me comí mi orgullo para nada.

Funciona y es increíblemente liberador. De verdad, nadie se acordará. Y yo seré la primera desmemoriada.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Costiera Amalfitana. Hacerlo bien y hacerlo saber.

En la facultad me hicieron leer un libro relacionado con el marketing que se llama "Hacerlo bien y hacerlo saber".



Este verano, en la Costiera Amalfitana (Positano, Capri, Amalfi, Ravello...) he podido comprobar como se puede sacar el máximo de lo que la naturaleza te ha dado y hacerlo saber. Acantilados pedregosos convertidos en glamourosos balcones al mar, mini-playas inhóspitas de piedras convertidas en lidos de rayas azules y blancas en las que la gente paga por pasar el día.



En España tenemos las playas más increíbles, echadas a perder por el ambiente vocinglero o el chabacanismo belenestebanesco que consume a golpe de colilla apagada en la arena y tupper de sardinas el más preciado día de sol interminable. Lo peor de cada casa extranjera nos visita, cuánto honor, bienvenido Mr. Marshall, deje aquí su basura y su vómito alcohólico, que nosotros se lo barremos. Dedicaremos parte del maltrecho erario público a financiar nuestra famosa vergüenza nacional, qué bien lo pasamos torturando seres vivos y que colorida es la sangre, ese rojo favorece... Así nos va.



Dicen que es cuestión de tiempo, pero la alarma del reloj biológico nos lleva sonando de largo sin que queramos escucharla.



¿Y qué?, con lo chupiguay que se está en los bares, ¿a quien le importa acabar siendo el puticlub de Europa?.



Matrícula de honor en hacerlo mal y que se entere hasta el conguito.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Nubrella



¿Alguno habéis visto a alguien con este paraguas?. Se llama Nubrella y parece la solución para los que, como yo, oooooodian la lluvia. Imaginaos esos días en que miras por la ventana y ves que hace malo de narices y encima frío. Vas con el abrigo, la bufanda, los guantes, el bolso, la bolsa del gimnasio, la de la comida, las gafas de sol para que no te lloren los ojos, tal vez un gorro... y el dichoso paraguas. Suena el móvil. Diosssssssssss nooooo... ¿Es el Nubrella la solución?. Creo que la razón de que no sea un super ventas (que debería serlo si ahí dentro se va todo lo bien que parece), es que llevarlo cerrado es como ir a practicar el tiro con arco. Es enorme, mientras que un paraguas plegable se lleva en el bolso. ¡Tendremos que esperar a que la patente mejore! ¡Qué lástima, yo ya me lo iba a comprar dispuesta a ser la más fricaza de la Renfe, si es que no lo soy ya!




sábado, 9 de julio de 2011

El por qué de "los perros"

Tengo tanto que agradecer a "los perros". Los que me conocéis sabéis a lo que me refiero. Para los que no lo sabéis, se trata de mi colaboración con una asociación de protección animal.


Ellos me devuelven a la realidad. A nuestra realidad. Me sacan del mundo artificial en el que casi todos nos solemos mover y que acabamos creyendo que es el nuestro, pero no lo es. Me ayudan a poner los pies en la tierra y recordar que pertenezco a la manada. Que soy un ser vivo con principio y fin. Que dependo de lo que me alimento. Que soy tan pequeña y tan pobre y a la vez tan grande y tan rica. Que soy parte de un ecosistema ya casi destruido por la arrogancia y la pobreza de espíritu del animal humano.


Todos los días nos levantamos y vamos a nuestros trabajos, a intentar demostrar lo listos que somos. Nos vemos teledirigidos por lo que creemos que deberíamos ser. Un personaje inalcanzable y siempre insatisfecho.


Pero ellos me ayudan a entender que todo es mucho más simple, porque nunca te juzgan por tu aspecto, ni por tu poder adquisitivo, ni por tu edad, ni por tu peso ni medidas. Ni siquiera saben si eres inteligente o retrasado. Solo perciben tu energía y tu disposición positiva.


Que me acepten en su manada es el mayor halago que jamás he podido recibir. Regálales un collar de diseño y ni se enterarán. Pero dedícales un poco de tiempo y unas caricias cargadas de cariño y serán el ser más feliz de la tierra.


En eso y en muchas cosas más somos iguales. Pensar de otra manera es el gran error que nos hará siempre infelices.

jueves, 23 de junio de 2011

Mi Top Ten

He recopilado diez personajes que, a su vez, creo que son un diez. Partimos de que no les conozco y de que es más que probable que nunca lo haré, especialmente porque algunos ya no están aquí. No quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que hacen o dicen, sino que me gusta lo que transmiten, aunque sea solo una imagen. Seguramente los hay mejores y no están todos los que son, pero es un pequeño resumen. El orden no quiere decir nada. Ahi van!


Jodie Foster, por ser la mujer "ente": inteligente, valiente e independiente.






David Bowie, porque, como se dice en inglés "he can get away with anything". Y por Wild is the Wind.




Richard Vaughan. Porque es el alumno aventajado de un predicador muy, pero que muy persuasivo. Y por emprendedor y luchador. Solo espero que no haga un "César Millán" y acabe estando hasta en la sopa. Le restaría mucho encanto.



Robin Tunney. Porque, aunque la pongan de actriz secundaria y, otra vez utilizando una expresión inglesa, "she steals the show". Por "Niagara, Niagara".



Truman Capote. Porque su forma de escribir es como mirar el fondo de un río de aguas cristalinas. Limpio. Y porque su mala fama debería comérsela su madre.




Eduard Punset. Por inteligente y emocional. Las dos cosas juntas.



Karen Blixen. Por sus huevos. Aunque vivió mucho mejor de lo que nos hicieron creer en la película.



Angela Merkel. ¿Alguien sabe quién es su "primer damo"?. Nos importa un pepino :)



Enrique Bunbury. Por su mala leche productiva.




Adolfo Suárez. Independientemente de su ideología, reconozcamos que es el único político que hemos tenido que se pudiera sacar de casa.


Hay muchos más, pero me parece buena muestra! Isn't it?

sábado, 14 de mayo de 2011

Todos somos los demás.

Aunque nos resistamos, es inevitable madurar.

Me he dado cuenta de cuál es exactamente el momento en el que se entra en el mundo real. Algunos lo hacen antes, otros después. Afortunado el que no lo hace nunca.

El momento de madurar es ese en el que te das cuenta de que esas cosas que siempre pasan a los demás también te pasan a tí. Y descubres que dejas de sentirte todopoderoso para pasar a ser vulnerable. Dejas de mirar las desdichas de los demás con lástima para mirar las tuyas propias. Pero creces, te haces más valioso y más válido. Eres capaz de dar, de entender, de perdonar. De aceptar que somos débiles y que nuestra debilidad es imprevisible. Que las cosas que controlamos son muchas menos que las que pertenecen al azar.

El momento de la madurez es saber que todos y cada uno de nosostros somos los demás.

lunes, 25 de abril de 2011

Amazing grace

¿Cómo diferenciar el arte bueno del malo? ¿cuántas veces has visitado una exposición, has visto una obra de teatro o de danza y no has sabido a qué carta quedarte?. La respuesta es fácil. Cualquier cosa que te llegue es buena. Buena para tí. Y eso es suficiente. En principio, cualquier pieza que haya soportado el paso del tiempo y sigue mostrándose, es buena. Cualquier cosa que te haga pensar, que te mueva algo dentro, merece un respeto. Si algo detesto es estar en un museo o una exposición y escuchar a alguien decir "eso lo hace mi hijo de tres años". Al menos ten la humildad de decir "no lo entiendo", "no me gusta" o simplemente cállate. A menudo lo que vale es la idea más que la ejecución. Vale, espabilao, pues que se te hubiera ocurrido a tí, o a tu hijo de tres años y a ver si te lo cuelgan en algún sitio, si no es que te cuelgan a tí antes...
Recuerdo algo que ví en el Guggenheim de Nueva York hace ya unos cinco años, si no más. En una de las vueltas de las famosas rampas del edificio, habían acotado una zona. Dentro de ese espacio había tirados en el suelo montones de caramelos envueltos en papel blanco. No te decían nada si cogías uno. Eran de regaliz mentolado. Estaban buenísimos. No me preguntes qué significa, si era bonito o feo, pero lo recuerdo y me gustó. No vale reirse de algo que no has sido capaz de hacer tú y otro sí que lo ha hecho. Cierto que cualquiera podría tirar caramelos en el suelo, pero solo lo hizo ese artista. Han pasado años y yo aún lo recuerdo. En consecuencia, era bueno.
Hace poco he podido ver la pieza "Accumulations" de la coreógrafa norteamericana Trisha Brown. No sé que pensarán los amantes del Lago de los Cisnes, pero estoy convencida de que esta señora ha bailado muchos cisnes para llegar a eso. Es una demostración de dominio, agilidad mental y corporal con una actitud "who cares" que me encanta. Si la ves bailar parece que pudiera echar a volar en cualquier momento. Rebota sobre sus pies como si el suelo fuese blando, como si bailase sobre una cama elástica. En su página se pueden ver muestras de sus coreografías y todos sus bailarines han adquirido esa habilidad. Son coreografías que parecen improvisadas, pero están medidas al milímetro. Toda una muestra del arte de hacer parecer fácil lo difícil.
Es obvio que hay que saber andar antes de correr. Dudo mucho que un niño de tres años pueda correr.

martes, 15 de marzo de 2011

Japoneses-San

Puedes estar tan feliz, o tan infeliz, dando vueltas a tus enooooormes problemas y de repente... un terremoto y un desastre nuclear. Todo se destruye en un momento. A los japoneses, en este momento, les deseamos lo mejor y que, haciendo gala de su exquisita cultura, vuelvan a sorprendernos con sus (desde nuestro punto de vista) extravagantes costumbres.

Ninguna cultura es perfecta, eso es cierto. Pero pocas tienen detalles de una delicadeza tan sutil.

Hace un tiempo, antes de que empezara esta crisis que nos tiene ya agotados, iba todos los años a una conferencia internacional, donde me encontraba con todos los profesionales extranjeros que me paso el año emaileando. En una ocasión, cenaba con unos colegas japoneses.

"Natalia-San" me dijo uno de ellos, "déjame que te entregue un pequeño obsequio de Japón". Yo estaba aleccionada para cogerlo con ambas manos, haciendo una leve inclinación. También me dijeron que no debía abrirlo en el momento, sino hacerlo en privado. Cuando llegué a mi hotel abrí el pequeño paquete, que era plano y flexible. Dentro había varias hojas de un papel fino estampado. ¿Qué tipo de obsequio era eso? ¿unos papeles de colores?... Era papel de envolver. Entonces supe que la costumbre de envolver regalos viene de Japón, de más allá de 600 años. El regalo consistía en hacer que, a su vez, mis regalos a otros fuesen algo especial.
¿Se te ocurre algo más exquisito, refinado y generoso?. A mi no.

Esperemos que pronto, muy pronto, puedan de nuevo volver a su vida, a sus cosas y a sus sorprendentes obsequios.

sábado, 5 de febrero de 2011

The rubberband girl


Me encanta un juego que se llama “Si fuera”. Consiste en pensar en una persona y a base de que los demás te pregunten “si fuera un animal, ¿qué animal sería?, si fuese una materia ¿qué materia sería?”… y así hasta recoger el número suficiente de datos para componer de quién podría tratarse.


Si fuese un animal sería un cruce entre gacela y leona. Si fuese una materia sería seda. Si fuese un cuadro sería La noche estrellada de Van Gogh, o El grito de Munch. Si fuese una comida sería música. Porque ella come música.


Si la conoces, seguro que ya lo has adivinado. Si no la conoces, es ella, la más bella: Kate Bush.


No podía dejar de escribir sobre una de las compositoras y cantantes de más talento y menos visibilidad, al menos fuera de su país. Supe de ella por casualidad, porque todo en esta vida es una casualidad, empezando por nosotros mismos. Hay quien opina que es excéntrica y extraña, pero no lo es en absoluto. Es centrada, delicada, atemporal, fiel a sus gustos e impermeable a los de los demás.


Los temas de sus canciones son sorprendentes y atípicos, pero en el fondo, de andar por casa. No habla de lo que no sabe, lo que es bastante de agradecer.


Entre todos sus trabajos es realmente difícil decir “me quedo con este”. Casi todos son cautivadores. Pero voy a dejar dos de mis favoritos para que quien no la conozca tenga el placer y para quien ya ha disfrutado de estas joyas vuelva a hacerlo y sepa que aquí tiene una amiga.


El primero es “And so is love”, con Eric Clapton. El segundo es “A rocket´s tail”, basado en un relato de Oscar Wilde.


Como suele decirse: Kate, qué bueno que viniste.


http://www.youtube.com/watch?v=M9z4WRs44x8
http://www.youtube.com/watch?v=4EhmUghu7tI

sábado, 15 de enero de 2011

Los reyes de la resiliencia



Me ha costado ponerle un título adecuado a esta entrada, al igual que me costó decidirme a colaborar activamente con la protección de los animales. Varias fueron las razones que me retenían, entre ellas: desconfianza, falta de organización, mala gestión de prioridades, prejucios... pero hice examen de conciencia, me armé de valor y allá fui, sin realmente saber a lo que iba. Ahora sé que, como sospechaba, recibo mucho más de lo que doy.


Mi trabajo es muy simple pero a la vez increíblemente bonito. Se trata de, un día en semana, ir a la asociación y pasar un rato jugando o interactuando con uno de los animales ahí recogidos. Tras pasar revista a todos los inquilinos, me preguntaron cuál era mi escogido. Mi respuesta fue fácil: el más desgraciado. Vaya, pues hay para elegir, me dijeron.

Un centro de acogida de animales es el muestrario de las víctimas la bajeza humana, del incumplimento del deber más básico de las personas que cuenten con los más mínimos valores, del ejercicio (otra vez citando a Punset) del "poder abyecto". Hay animales abandonados en las carreteras, maltratados, hambrientos; otros rescatados de las manos de individuos con el "síndrome de Noé"; galgos que encontraron ahorcados aún con vida; otros vagando por el campo, saquitos de huesos; perros utilizados para peleas, que muestran las heridas de gladiador forzado... No creo en el cielo y el infierno, pero prefieron pensar que sí que existe un infierno para los que les hicieron esto. O que aquello de que el mal que haces se vuelve contra tí sea cierto.

Mi "apadrinada" es una perrita pequeña, abandonada en la calle y que acabó viviendo en una tubería, donde parió su camada. Los cachorros desaparecieron, pero a ella la encontaron recién parida, desnutrida, con incontinencia y con una pata inutilizada.

El día que nos hicimos amigas hacía un frío tan intenso que yo temblaba, pero ella no, solo desconfiaba de mí. Poco a poco se dejó acariciar. Vivía sola en una caseta, porque aún no estaba lista para tener "room mates". Tras ese día vinieron las vacaciones de Navidad y estuve un par de semanas sin verla, pero pensé mucho en ella y temí que, a mi vuelta, me dieran la noticia de que no había celebrado el año nuevo. Pero no fue así. Al siguiente día de voluntarios, fui a verla y allí estaba, visiblemente mejorada y compartiendo caseta con dos galgos. Hoy hemos vuelto a vernos y ha sido un día estupendo de sol. Me ha salido a recibir con su rabito a toda pastilla, con su pata ya operada y en vías de reconstrucción, la incontinencia bastante más controlada. Tiene la nariz rosa, los ojos color miel y un caracter vacilón que engancha. Pronto podrá salir a jugar al terreno de recreo y espero que en un futuro no muy lejano esté lista para adopción y encuentre casa.

Ellos son los reyes de ese término de moda que se llama "resiliencia", de renacer de sus cenizas y dar la vuelta a la situación. Cuando la única salida es hacia delante, hay que apretar los dientes y acordarse del famoso "be water, my friend".

Por cada hijo de Satanás que hace daño, hay cien personas que valen la pena y lo demuestran, pero hay que ver como se las apaña el dañino para desbaratar la vida del prójimo. Ya en una entrada anterior hice referencia al texto de la Declaración Universal de los Derechos del Animal, que, de manera contundente, en uno de los puntos de su preámbulo reza: "el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre sí mismos". Ainsi soit-il.




jueves, 6 de enero de 2011

For your eyes only

Creo que he descubierto la razón por la que jamás conseguiremos ponernos todos de acuerdo. Y no es porque tengamos distintos intereses, diferente educación o ideologías dispares. Es mucho más simple que eso y la diferencia de puntos de vista reside ahí mismo, en el sentido de la vista. Me he dado cuenta leyendo (ahí vuelvo a mi teoría del "viajar y leer") a Eduard Punset, en su libro "Viaje a las Emociones".
La manera en que funciona la visión se explica así, según la escritora estadounidense Andrea Rock: "Cuando estamos despiertos, los puntos desordenados que representan la actividad eléctrica generada por la retina, golpeada por fotones, se proyectan a una repetidora ubicada en el tálamo que, a su vez, los retransmite al córtex visual primario. A continuación, las señales se dirigen a distintos sistemas neuronales especializados en tareas tan dispares como el reconocimiento facial, la articulación de movimientos o de colores. Finalmente, toda esa información fluye hasta la parte más elevada del sistema visual, llamado córtex asociativo, que almacena la memoria, dirige los aspectos más abstractos del proceso visual y recompone la imagen que vemos".
Toma ya. Ni más ni menos. Si todo este proceso complicadísimo y que implica la intervención de un montón de elementos pertenecientes a tejidos blandos que en cada persona tendrán sus singularidades, ¿cómo podemos pretender que todos vemos lo mismo?. Y si luego, una vez visto lo que haya que ver, tienen lugar procesos igual o más complicados que este para que cada uno interprete lo que ha visto y llegue a sus conclusiones particulares, ¿cuántos de nosotros llegaremos a conclusiones similares?.
Mucho me temo que, por mucho que lo intentemos, jamás vamos a llegar a entendernos y aún menos a comprendernos, especialmente si la tan traída y llevada inteligencia emocional y la empatía, que parecía que por fin iban a hacer de la humanidad una especie medianamente soportable, son valores a la baja.
Por cierto, también leyendo me he enterado de que los rasgos faciales tan peculiares que tiene este escritor/abogado/economista/científico/político/personaje mediático se deben a que tiene antepasados mongoles. Lo supo cuando, al nacer una de sus hijas, tenía una marca en la piel que solo viene de oriundos de Mongolia. Curioso, eh?.